4.a.m.
Disfruto de la noche y el sonido del mar...
Marquinhos está sentado en el borde del acantilado, las piernas cuelgan al vacío, balancea los pies...
Media botella de tequila descansa junto a su mano y la mirada perdida en los últimos sueños que se esfuman...
Marquinhos tiene 14 años y ojos gastados...
Paco, que ha andado "por ahí", ha visto y me ha contado que la tortura profesional tiene prisa, mientras que la tortura en tu propia casa no, los adultos tienen todo el tiempo del mundo...
Marquinhos vive con sus padres, gente de mucha plata, de excesos, de vicios, de descontrol..., Marquinhos no tiene una familia...
La tribu de Paco tiene una palabra sin traducción, para definir al animal tan apaleado que le han roto "la mirada".
A veces cuando necesita hablar me cuenta de su paso por Bosnia, de los chicos con el espíritu apaleado, la mirada perdida, el alma rota.
Dice que ninguno vuelve del todo...
Marquinhos mira lejos, mientras una zapatilla se desliza y cae al mar...
A la carrera Paco alza una soga y va por un lado para que no lo vea, mientras tanto yo camino a la vista tratando de llamar su atención...
Marquinhos,tenía 10 años la vez que llamaron a los padres para informarles que el chico había ingresado a clase borracho.
La paliza que recibió lo dejo en manos de Cloe, en el dispensario, por 2 semanas...
Paco ató una punta de la cuerda a una palmera y la otra al pantalón del chico.
Marquinhos ni sabe que estamos ahí...
A los 11 empezó con las drogas, antidepresivos, en la casa conseguía de todo, y fue probando colores y sensaciones...
Las lágrimas caen,
silenciosas,
sin un gesto...
me siento a su lado en silencio y le hablo,
nada.
Hasta que finalmente murmura
-Paula.
Paula tiene 12, es su cable a tierra, es la que no deja que acabe en el correccional, Paula es ternura y magia, es inocencia y candor.
Pero Paula no sabe nada.
-Paula se la estaba chupando a un "patova", para poder entrar al "cielo"...
-...
Marquinhos mira hacia abajo, lo está decidiendo...
Cae la otra zapatilla...
Le hablo, no importa de qué, pero le hablo.
No me sirve agarrarlo y nada más. Lo intentará igual...
Disfruto de la noche y el sonido del mar...
Marquinhos está sentado en el borde del acantilado, las piernas cuelgan al vacío, balancea los pies...
Media botella de tequila descansa junto a su mano y la mirada perdida en los últimos sueños que se esfuman...
Marquinhos tiene 14 años y ojos gastados...
Paco, que ha andado "por ahí", ha visto y me ha contado que la tortura profesional tiene prisa, mientras que la tortura en tu propia casa no, los adultos tienen todo el tiempo del mundo...
Marquinhos vive con sus padres, gente de mucha plata, de excesos, de vicios, de descontrol..., Marquinhos no tiene una familia...
La tribu de Paco tiene una palabra sin traducción, para definir al animal tan apaleado que le han roto "la mirada".
A veces cuando necesita hablar me cuenta de su paso por Bosnia, de los chicos con el espíritu apaleado, la mirada perdida, el alma rota.
Dice que ninguno vuelve del todo...
Marquinhos mira lejos, mientras una zapatilla se desliza y cae al mar...
A la carrera Paco alza una soga y va por un lado para que no lo vea, mientras tanto yo camino a la vista tratando de llamar su atención...
Marquinhos,tenía 10 años la vez que llamaron a los padres para informarles que el chico había ingresado a clase borracho.
La paliza que recibió lo dejo en manos de Cloe, en el dispensario, por 2 semanas...
Paco ató una punta de la cuerda a una palmera y la otra al pantalón del chico.
Marquinhos ni sabe que estamos ahí...
A los 11 empezó con las drogas, antidepresivos, en la casa conseguía de todo, y fue probando colores y sensaciones...
Las lágrimas caen,
silenciosas,
sin un gesto...
me siento a su lado en silencio y le hablo,
nada.
Hasta que finalmente murmura
-Paula.
Paula tiene 12, es su cable a tierra, es la que no deja que acabe en el correccional, Paula es ternura y magia, es inocencia y candor.
Pero Paula no sabe nada.
-Paula se la estaba chupando a un "patova", para poder entrar al "cielo"...
-...
Marquinhos mira hacia abajo, lo está decidiendo...
Cae la otra zapatilla...
Le hablo, no importa de qué, pero le hablo.
No me sirve agarrarlo y nada más. Lo intentará igual...
Una, dos, tres horas...
Al final llegamos a un acuerdo, y se viene a dormir a la cantina.
Mañana veremos...
Al final llegamos a un acuerdo, y se viene a dormir a la cantina.
Mañana veremos...